No es feliz quien nunca recibe heridas… sino quien sabe cómo evitarlas y, cuando es imposible, sabe cómo curarlas.
No es feliz quien nunca tiene problemas o todo lo tiene resuelto… sino quien cuando estos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede, busca ayuda inmediatamente.
Por nuestro propio bien, dejemos de buscar la en las cosas, personas o circunstancias que nos rodean y comencemos a cambiar desde nuestro interior, las actitudes que nos están afectando.
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