Orgullo vs Humildad

El orgullo es un pecado terrible y es una de las razones principales por las cuales decidimos no esperar en Dios y en el poder de Su resurrección. Una persona orgullosa se ve a si misma como el centro del universo, es lo mas importante, depende de ella misma y está segura que es capaz, cree en ella misma, que tiene el poder, y que será victoriosa. Quiere toda la atención, quiere que todos se den cuenta de lo que ha logrado; quiere que otros noten su grandeza y su maravilla. Quiere que otros le alaben como él lo hace. No espera en Dios ni en otros, porque no son capaces, solo él lo es.

La humildad hace que una persona no sea pretenciosa y lo lleva a reconocer la incapacidad de uno de permanecer fuerte ante las dificultades. La humildad lleva a la persona a reconocer su gran necesidad de buscar a Dios, de esperar completamente en El, de descansar completamente en El, de depender totalmente de El para la solución de sus problemas y para ser usado por El para Su gloria. Una persona humilde puede creerle a Dios, esperar en El y confiar en el poder de Su resurrección para resolver un problema, sin importar su tamaño. La humildad permite que Dios actúe mientras esperamos, El puede obrar en tu vida y aun protegerte de consecuencias inesperadas. El actuará en tus circunstancias y en las vidas de otros mientras esperas.

Tendrás la paciencia de esperar en el “tiempo de Dios”?.

Dios te dará el valor y las fuerzas, la perspectiva, la energía y la determinación para ser parte de la solución para Su gloria.

¿Qué dice Proverbios 29:23?
El que es orgulloso:
• tiene falta de carácter
• depende de circunstancias externas para establecer su identidad tales como posición, prosperidad, honor y status.
• es perdido y vacío si lo externo es removido
• se consume fácilmente con odio y celos
• es incapaz de deleitarse con el éxito de otros.
• es motivado por los estándares del mundo
• es rápido para buscar reconocimiento y promulgar logros propios.

El que es humilde:
• no cambia al recibir reconocimiento u honor
• se satisface en hacer lo que es correcto y bueno para Dios
• no está sujeto a ser comparado con otros.
• es motivado por los estándares de Dios
• es capaz de reconocer su total dependencia de Dios
• es capaz de confesar que todas las cosas en la vida son por la gracia y generosidad de Dios.

El orgullo causa que una persona se exalte a si misma y este segura en todas sus maravillosas habilidades, y lo pueda llevar a actuar imprudentemente y hacer el problema aun peor.
El orgullo causa que una persona se centre en ella misma, se espere en ella misma, descanse en ella misma, depende de ella misma y falle en encontrar la solución del problema porque solo pasa buscando su propia gloria.
El orgullo elimina la habilidad de creerle a Dios, de esperar en El y confiar en el poder de Su resurrección para resolver el problema, sin importar cuan grande sea. El orgullo solamente nos lleva al desastre y nos exhibe como somos y nos lleva para abajo.