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enero 02, 2011

Un nuevo año, una nueva etapa

Estoy segura que una de las reflexiones más bellas que he leído en mi vida es la del escritor brasileño Paulo Coelho que se titula “Cierra Ciclos”. Una bellísima reflexión que nos invita a dejar en el pasado lo que no podemos cambiar.

No dejo de repetir mentalmente algunas de las frases que más me llegaron y, entre ellas, con gusto te comparto las siguientes: Siempre es preciso saber cuando acaba una etapa de la vida. ¿Terminó tu trabajo?, ¿acabó una relación?, ¿cambiaste de residencia? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente preguntándote muchos porqués. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Lo que sucedió ya pasó y hay que soltarlo. Hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, dar la vuelta a la hoja y cerrar círculos, soltar el resentimiento. Estas frases son algunas de las que más me han marcado de este bello pensamiento de Paulo Coelho.
No cabe duda que cada año es una nueva etapa para recomenzar, para limpiar y quitar lo que no sirve. Estoy seguro que en la vida de cada uno de nosotros hay momentos que nos marcan con un antes y un después. Tu recordarás algunos: “Después de casarme…” “Antes del nacimiento de mi hijo…” “Después del accidente aquel…” “Antes o después del fallecimiento de…” Pero también cada año nuevo es una fecha que puede ser significativa en la vida de todos.

Te invito a que así sea. Para esto te quiero pedir tres breves ejercicios que estoy segura te pueden ser de mucha utilidad.

Primero: Empieza con lo tangible, o sea lo que puedes ver. Cambia cosas de lugar, agrega fotografías más actuales de la gente que quieres, limpia armarios, tira papeles insignificantes incluyendo aquéllos que te dañaron, recuerdos que te pueden afectar en tu presente y que no tienen nada que hacer en tu vida. Regala la ropa que tengas más de un año de no ponerte, es casi seguro que ya no lo harás y más si se trata de pantalones de tallas muy inferiores a la actual. No es que te quiera bajar tu autoestima, ni mucho menos truncar tus anhelos de bajar de peso, pero si percibes que es una meta prácticamente imposible, mejor dona esa ropita a alguien que si la utilice. En otras palabras, limpia, tira lo que no sirve, que se note un cambio en lo que vez. Esto te ayudará en gran medida a recordar en tu subconsciente que estás iniciando una nueva etapa de tu vida, un nuevo año.

Segundo: Es bueno hacer un inventario de las cosas buenas que nos sucedieron durante el año y también de lo no tan bueno, incluyendo un recuento de los daños.
Te recomiendo escribir en una hoja de papel primero todas las bendiciones, buenos momentos que recuerdes, éxitos que hayas tenido, buenos amigos que llegaron a tu vida; en fin, todo lo bueno que te haya sucedido durante el año que termina. Esto te ayudará en gran medida a sentirte con nuevo ánimo y a recordar que no fue un tiempo perdido. Te ayudará a sentirte bien contigo mismo y te elevará la autoestima.

Al finalizar esa primera lista, léela detenidamente recordando y disfrutando como si lo estuvieras viviendo nuevamente. Es una experiencia que te ayudará en gran medida. Después de concluir esta lista, te recomiendo una segunda, donde incluyas esos momentos que no te agradaron, esas personas que heriste sin querer, esos errores que cometiste y que por el sólo hecho de vivir se presentan en la vida de todos. Realiza ese recuento de los daños hacia quienes más queremos. Todo esto no es con el fin de hacerte sentir mal, sino con el firme propósito de cambiar y mejorar.

Es bueno recordar el tiempo destinado a personas que probablemente no lo merecieron. Y analizar el tiempo que podemos destinar a quienes si lo merecen.

Tercero: Es recomendable hacer propósitos para un nuevo año pero no creo que lo ideal sea tener más de tres. Desafortunadamente cuando hacemos muchos propósitos no cumplimos a veces ninguno. Es bueno enfocarnos en los tres más relevantes e importantes. Puede ser uno personal, otro laboral y uno mas relacionado con mis relaciones con la gente que más quiero. Que sean claros, precisos, concisos y sobre todo que se puedan medir en el tiempo. Que si me comprometí con el orden y la limpieza, ver si se ha notado en la productividad y eficiencia a nivel personal y laboral. Si prometí bajar de peso, que se note en la báscula. Si mi promesa fue ser más paciente, evaluar la calidad de mis relaciones con los demás.

No cabe duda que un nuevo año es una nueva oportunidad y que depende de cada uno de nosotros el que este 2011 sea el mejor.

Quiero desearte que la Fe no falte en ti, que estés dispuesto a pagar el precio que significa ser una mejor persona… y que la alegría, la pasión y el entusiasmo con el que empieces, se mantenga y se contagie a otros!!!

¡FELIZ AÑO 2011!

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