Pareciera que los niños tuvieran un deseo natural de orar. Muy pocos pequeños rehúsan inclinar gozosos sus cabezas y dar gracias o pronunciar una oración antes de dormir. ¡Les gusta orar!... En momentos de temor o duda, los niños también sienten la necesidad de orar… Entonces, ¿qué les pasa a medida que crecen?... ¿Por qué se vuelven tan indiferentes frente a las cosas de Dios cuando se hacen grandes?
Recuerda que TODO lo que haces y dejas de hacer, enseña.
Así que, cuando oras, les enseñas a tus hijos a orar… Cada vez que oras con tus hijos, les enseñas a orar… Y cuando no oras con ellos, les enseñas que la oración no es importante!!!
Recuerda: ABRAZA A TU HIJO HOY
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