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julio 18, 2010

EL AMOR ES INCONDICIONAL

Si alguien te preguntara “Por qué amas a tu esposo?”, o “Por qué amas a tu esposa?” ¿Qué dirías?

La mayoría de los hombres mencionarían la belleza de su esposa, su sentido del humor, su bondad, su fortaleza interna. Quizá, hablarían de su capacidad para cocinar, su don para decorar o de la buena madre que es.

Probablemente, las mujeres dirían algo sobre lo atractivo que es su esposo o sobre su personalidad. Lo elogiarían por su firmeza y por su carácter estable. Dirían que lo aman porque siempre está allí cuando lo necesitan. Es generoso. Es servicial.
¿Pero que sucedería si con el correr de los años, tu cónyuge dejara de ser todas esas cosas? ¿Seguirías amándolo? En función de lo que contestaste antes, la única respuesta lógica sería “no”. Si todas las razones por las que amas a tu cónyuge tienen que ver con sus cualidades (y luego esas mismas cualidades desaparecen de repente o con el tiempo) el fundamento de tu amor se esfuma.

El amor solo puede durar toda la vida si es incondicional.

La verdad es la siguiente: el amor no lo define la persona amada sino la que decide amar.
Esta clase de amor (ágape) es distinto de las otras clases de amor: la amistad (fileos) y el amor sexual (eros). Por supuesto, tanto la amistad como el sexo ocupan un lugar importante en el matrimonio y forman una parte esencial del hogar que construyen juntos como esposo y esposa. No obstante, si tu matrimonio depende por completo de tener intereses en común o de disfrutar de una vida sexual saludable, los cimientos de tu relación son inestables.
Si un hombre le dice a su esposa:”Ya no estoy enamorado de ti”, lo que en realidad está diciendo es: “Para empezar, nunca te amé en forma incondicional”. Su amor se apoyaba en sentimientos o circunstancias en lugar del compromiso. Es el resultado de edificar un matrimonio sobre el amor fileos o eros. Los cimientos deben ser más profundos que una simple amistad o la atracción sexual. El amor incondicional, el amor ágape, no oscilará con el tiempo ni las circunstancias.
Sin embargo, no quiere decir que el amor que haya comenzado por razones erróneas no pueda ser restaurado y redimido. Es más, cuando reconstruyes tu matrimonio con el ágape como fundamento, los aspectos de la amistad y romance de tu amor se vuelven aun más atractivos que nunca. Cuando el disfrute mutuo como mejores amigos y amantes tiene su fundamento en un compromiso inquebrantable, experimentas una intimidad que no puede lograrse de ninguna otra manera.

No obstante, a menos que le permitas a Dios que comience a cultivar este tipo de amor dentro de ti, lucharás y no lograrás alcanzar esta clase de matrimonio. El amor que “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” no surge en nuestro interior. Solo puede venir de Dios.

… Y cuando comiences a vivir cómodamente bajo esta clase de amor… no debes sorprenderte si amar a tu pareja te resulta más fácil que antes.
Ya no dirás: “Te amo porque…” Ahora, dirás: “Te amo y punto”.

Tomado de El Desafío del Amor, de Kendrick

Recuerda: ABRAZA A TU HIJO HOY

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