DIOS NUNCA TE LLEVA A UN LUGAR PARA QUE FRACASES, SINO PARA QUE FRUCTIFIQUES Y TE MULTIPLIQUES.
También es cierto, que cuando llegas al lugar donde Dios te envía, lo que encuentras al principio es desierto, soledad, oscuridad… Pero si te atreves a CREER la Palabra que ha sido sembrada en ti, allí Dios va a decirte: “Te voy a dar agua, voy a hacer brotar un pozo de bendición; otros pueden no haberlo descubierto, pero si tú caminas con mi sabiduría te enseñaré cómo sacar agua en el desierto, cómo ser bendecido y hacer que corran ríos de agua viva dentro de ti para que nunca más tengas sed.”.
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